viernes, 6 de noviembre de 2009

Para unos dias de reflexión

Un discurso que dio Mary Theresa Schmich, en 1997 y posteriormente en 1999 utilizado por una agencia de publicidad... pero aún así sigue llegando...

Señores y señoras usen protector solar.

Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.

Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud.

No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado.

Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad.

No estás tan gordo como imaginas.

No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.

Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta.

No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos.

Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde.

La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo.

Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo).

Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida.

Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.

Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los 40, quizá no.

Quizá bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas.

No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás.

Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.

Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén.

Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro.

Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño.

Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás.

Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas.

Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás.

Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores.

Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia.

Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar.

No es realista??, parate a pensar un poco!!,Saludos!!^^

martes, 3 de noviembre de 2009

...Never More, dijo el Cuervo...


Cierta noche aciaga cuando, con la mente cansada,
Meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
Y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
Como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
"Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal.
Sólo eso y nada más."

¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado Diciembre!
Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calma
En mis libros, ni consuelo a la pérdida abismal
De aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamar
Y aquí ya nadie nombrará.

Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinas
Me embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era tal
Que, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:
"No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;
Un tardío visitante esperando en mi portal.
Sólo eso y nada más".

Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:
"Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculpar
Pues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguido
Y tan suave había sido vuestro golpe en mi portal
Que dudé de haberlo oído", ¡y abrí de golpe el portal!...
Sólo sombras, nada más.

La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
Y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
Pero en este silencio atroz, superior a toda voz,
Sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a Susurrar...
Sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco volvióla a nombrar.
Sólo eso y nada más.

Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos
Pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz.
"Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;
Veré pues de qué se trata, qué misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.
¡Es el viento y nada más!".

Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
Agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
Con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,
En un pálido busto de Palas que hay encima del umbral.
Fue, posóse y nada más.

Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave,
En sonriente extrañeza mi gris solemnidad.
"Ese penacho rapado -le dije-, no te impide ser
Osado, viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;
¿Cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Que un ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosa
Sorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,
Pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenido
Ocasión de ver posado tal pájaro en su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portal
Que se llamara "Nunca más".

Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,
Como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo palabra alguna
Hasta que al fin musité: "Vi a otros amigos volar;
Por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".
Y dijo entonces :"Nunca más".

Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;
"Sin duda - dije-, repite lo que ha podido acopiar
Del repertorio olvidado de algún amo desgraciado
Que en su caída redujo sus canciones a un refrán:
"Nunca, nunca más".

Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfía
Planté una silla mullida frente al ave y el portal,
Y hundido en el terciopelo me afané con recelo
En descubrir qué quería la funesta ave ancestral
Al repetir: "Nunca más".

Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabra
Al ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar;
Eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyada
Sobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.
¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar,
Y ya no usará nunca más!.

Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un incienso
Mecido por serafines de leve andar musical.
"¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Diós estos ángeles dirige
Hacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!".
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad
Trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,
A esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,
Dime, te imploro, si existe algun bálsamo en Galaad!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!
Por el Diós que veneramos, por el manto celestial,
Dile a este desventurado si en el Edén lejano
A Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

"¡Diablo alado, no hables más!", dije, dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultraje
Quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".

Y el impávido cuervo osado aún sigue, sigue posado,
En el pálido busto de Palas que hay encima del portal,
Y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,
Cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;
Y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,
No se alzará...¡nunca más!.


Edgan Alan Poe